domingo, 21 de septiembre de 2014

LA TÉCNICA DEL FRESCO

A menudo, el término «fresco» se usa incorrectamente para describir muchas formas de pintura mural. Este capítulo trata del auténtico fresco, o buonafresco, el gran medio tradicional.

 El verdadero fresco es a las técnicas pictóricas modernas lo que el Latín a los idiomas modernos. Es interesante tener conocimientos del mismo en esta última mitad del siglo XX, cuando, después de un largo período de experimentación estilística, existe una creciente tendencia entre los pintores a mirar hacia atrás y aprender los orígenes de su arte. (...)

 La técnica del fresco se basa en un cambio químico. Los colores de tierra, molidos y mezclados con agua pura, se aplican sobre una argamasa reciente, de cal y arena, mientas la cal está en forma de hidróxido de calcio. Debido al dióxido de carbono de la atmósfera, la cal se transforma en carbonato cálcico, de manera que el pigmento cristaliza en el seno de la pared. Pueden pitarse frescos tanto en interiores como en exteriores; resistirán siempre que estén en un lugar razonablemente resguardado y no expuesto a humos o vapores.

 Los procedimientos para pintar al fresco son sencillos pero laboriosos, y consumen muchísimo tiempo. En la preparación de la cal se tardan dos años. 


SUPERFICIES 
 Cualquier artista que desee pintar al fresco en la actualidad tendrá problemas para encontrar Y preparar los materiales, tareas que en todos tiempos hubieran realizado los operarios del taller. 
Preparación de la argamasa. 
En primer lugar, se necesita una cal absolutamente pura y blanca. Este peligroso polvo puede almacenarse en el exterior, en un pozo con paredes de ladrillo, excavado en un lugar sombrío y protegido por una tapa de madera. Hay que mantener la cal saturada de agua pura Y remover a intervalos frecuentes durante dos años antes de que esté lo bastante pura y suave como para usarse. La basura "limpia" (ranas muertas, por ejemplo) no importa; el enemigo son las impurezas químicas. 
El segundo problema es encontrar arena pura de arroyo, o de un pozo de arena de tierra adentro. La arena de mar y la de río no sirven, porque la sal estropea el fresco y nunca se puede eliminar por completo. Además, la arena debe estar libre de mica. Un fresco hecho con arena de construcción no durará más de tres años. Las impurezas de la arena provocarían eflorescencias, grietas, decoloración o reacciones químicas. 
Preparación de la pared. 
Antes de iniciar el trabajo hay que preparar meticulosamente la pared para que sea igualmente absorbente por todas partes, hay que quitar y sustituir la argamasa viva y los ladrillos estropeados. 

La pared debe estar perfectamente seca y bien ventilada, y se la debe proteger del sol mientras dura el proceso de pintado. Es imposible pintar frescos sobre cemento, porque exuda impurezas químicas. Antes de aplicar la masa, hay que picar la pared con martillo y cincel Después se moja toda con agua limpia. 

Aplicación de la argamasa
Deben darse tres capas. La primera, que en los antiguos tratados italianos se llamaba trusilar, es la más pobre en cal y se compone de tres partes de arena limpia y una de cal floja, bien mezclada con la paleta con suficiente agua como para que se mantenga firme en el mortero. La masa se arroja contra la pared con una paleta de madera. Si se untase, como si fuera mantequilla, quedarían bolsas de aire atrapadas en la superficie picada. Hay que aplanarla con la llana, pero no dando golpes, porque entonces quedaría demasiado lisa. 

Para esta capa, no importa poner más masa de la que se puede cubrir en un día de pintura, siempre que se mantenga húmeda con un trapo mojado. Es la capa más gruesa y debe tener unos 12 mm. de espesor. La capa media, el arricciato, puede aplicarse con una llana en cuanto la primera capa ha fraguado, aunque no esté seca. Esta capa es más rica en cal -dos partes de arena y una de cal- , y debe tener unos 6 mm. de espesor. Sólo debe aplicarse la suficiente para un día de trabajo. Lo que sobra, debe arrancarse al terminar de pintar. 

 La tercera capa, el intonaco, puede aplicarse una media hora después, en cuanto ha fraguado la capa media. Debe quedar muy lisa, pero hay que lavarla con agua, bien con un caldero o con una manguera suave, para eliminar parte de la cal de la superficie. Esta capa es la más rica en cal -una parte de cal y otra de arena fina, o si es posible mármol molido-, y debe ser un poco más delgada que la capa anterior. 

Si al final de la jornada de pintura, queda sin pintar alguna parte, hay que quitar la argamasa haciendo una incisión oblicua con una espátula de marfil o plástico. Pueden hacerse frescos pequeños sobre tablas, en un marco de madera. Son muy decorativos, con un acabado muy agradable al tacto. 

Técnicas de preparación de la pared: 

Picado.Se pica la superficie con martillo y escoplo. 
Mojado. Se moja la superficie con agua limpia para lavar las partículas sueltas. 
El trusilar. Se arroya sobre la superficie y después se aplana. 
El arriciato. Cuando ha fraguado la primera capa, se aplica ésta, más rica en cal. 
El intonaco. La capa más rica en cal, se aplica el mismo día en que se va a pintar. 
Lavado. Sirve para quitar el exceso de cal de la última capa de argamasa. 

PREPARACIÓN DE LA PARED PARA EL FRESCO.
La superficie de la pared  se pica para recibir la primera capa de argamasa, el trusilar, de unos 12 mm de espesor. A continuación se aplica la capa media, el arricciato,  de unos 6 mm de espesor, y se deja secar. 
La tercera capa, algo más delgada, es el Intonaco , que se aplica sólo sobre el área que puede pintarse en un día. 
Se traza el diseño sobre el intonaco fresco y se aplica la pintura. 
Las partículas de pigmento penetran en la masa porosa, y quedan absorbidas cuando ésta fragua y se seca. 
PINTURAS 
Lo mejor es que la paleta del artista se limite a unos pocos colores. La composición química de los pigmentos es importante, ya que algunos no se combinan bien con la cal. Es aconsejable que los artistas que intentan trabajar en un fresco discutan los colores con el departamento químico del fabricante. Los siguientes pigmentos son adecuados para el fresco: Bianco-sangiovanni (cal blanca pura); ocre amarillo; amarillo de Nápoles; rojo cadmio; rojo de India; caput mortuum; ocre rojo; rosa potter; tierra verde; viridiana; verde cobalto; sombra natural; ocre pardo; perigord (natural y naranja); cobalto; cerúleo; ultramar; negro de óxido de cobalto; negro de óxido de hierro; negro de manganeso. 

TÉCNICAS 
Esquemas. Antes de comenzar a pintar o a aplicar la masa, hay que hacer un esquema a escala completa y planear exactamente los colores. Por ejemplo, hay que decidir si los contornos o modelados de tono se van a hacer con una sombra más oscura del mismo color local, con un color complementario, o con un color medio empleado para sombras en todo el fresco. No hay tiempo para indecisiones, ya que la argamasa se seca muy rápido. Si se hacen alteraciones se levantará la masa, y la mezcla de la cal con él pigmento hará que se formen manchas cuando el fresco se seque. La única forma de remediar los errores es quitando toda la argamasa y sustituyéndola, que es una operación muy delicada. El esquema debe indicar las zonas que se van pintar en cada jornada. Los limites de cada zona deben seguir líneas que disimulen las junturas la argamasa. Hay que hacer un diseño separado de cada una de estas zonas, y trazar los contornos clave sobre la argamasa, con un pizarrín, antes empezar a pintar. 
Aplicación de la pintura. La pintura se aplica o pinceles blandos, de pelo. Los pigmentos en polvo disueltos en agua, deben tenerse en platillos y mezclarse en una paleta, a ser posible que tenga una superficie de celuloide blanco. La técnica más aconsejable es aplicar lavados de color transparente, como si se tratase de una acuarela, Y después definir con líneas las formas contornos. Conviene recordar las antiguas técnicas italianas: un tono medio decorado con un tono más oscuro para modelarlo, dando un tono m claro para el cuerpo principal. Se puede dar más cuerpo a los tonos claros añadiendo algo de biacosangiovanni (cal blanca) aunque hay que tener presente que al secarse quedará más claro de lo que parece en la paleta. 
En frescos representativos, resulta eficaz resaltar además las luces y sombras. Los primitivos italianos empleaban sombreados para modelar las formas, Y mucho más tarde -en el siglo XVIII- los frescos de Tiépolo revelan que incluso un estilo que puede parecer realista a cierta distancia está, en realidad, simplificado en tonos amplios acentuados juiciosamente. 

Colin Hayes.- Guía completa de pintura y dibujo.
Ed. Blume. Madrid 1980. Págs. 98-105

TOMADO DE:
http://ntic.educacion.es/w3/eos/MaterialesEducativos/bachillerato/arte/arte/pintura/fresco.htm

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