Se trata de una técnica que emplea los
mismos pigmentos usados en óleo o
acuarela pero diluidos en un aglutinante acrílico conformado por una
resina sintética (hecha a partir de ácido acrílico). El medio
asi resultante es soluble en agua. Su secado es rápido y el acabado mate
(menos
medio acrílico) o brillante (más medio).
Ofrece
otras ventajas como añadir más pintura a una superficie ya pintada
(incluso con otra técnica), es muy estable, resistente a la oxidación,
etc., siendo la técnica que menos problemas tiene de cara a su
conservación.
Se puede trabajar sobre cualquier soporte absorbente,
directamente o como imprimación en un medio acrílico con blanco de
titanio. Permite empastes de mayor resistencia que el óleo, el cual
tiende a cuartearse.
Esta técnica se asocia al Arte contemporáneo sobre todo
desde la década de los cincuenta, principalmente en el ámbito americano
del expresionismo abstracto
(Pollock,
Rothko ... ) y entre los pintores de los valores geométricos y del Pop Art
(Warhol,
Wesselmann...
).
EL MEDIO ACRÍLICO Y SU HISTORIA EN EL ARTE
Suele denominarse acrílica a cualquier pintura en la que el pigmento esté
integrado en una resina sintética. Los artistas emplean el término
independientemente de si la resina es verdaderamente acrílica o, por ejemplo,
acetato de polivinilo (PVA).
El desarrollo de la pintura acrílica como medio artístico se
produjo a consecuencia de un imperativo social. En los años 20, un grupo de
pintores mexicanos, en especial
José Clemente Orozco (1883-1949),
David Alfaro Siqueiros (1896-1974) y
Diego Rivera (1886-1957), querían pintar grandes murales para edificios
públicos, algunos de ellos en los muros exteriores, expuestos al aire libre.
Comprobaron que el óleo no duraría mucho en tales condiciones, y experimentaron
con el fresco, pero esto tampoco resultó práctico. Necesitaban una pintura que
se secase rápidamente y permaneciera estable ante los cambios climáticos. En
realidad, lo que necesitaban existía ya desde hacía tiempo en el campo
industrial, pero nunca se había empleado como vehículo para pigmentos: las
resinas plásticas. El plástico moldeado se usaba ya para los utensilios
domésticos, y el plexiglás sustituía al vidrio en trenes y aviones. En forma
líquida, el plástico se había empleado como agente anticorrosivo.
Así
comenzó la investigación en busca de colores de aplicación artística, y esto
tuvo que centrarse en el desarrollo de un medio adecuado. Con ciertas
variaciones, los pigmentos eran los mismos de siempre; lo único nuevo es el uso
de medios polimerizados para aglutinarlos. La palabra
«polímero» se refiere a la unión de moléculas pequeñas e idénticas para
formar una molécula más grande, lo cual confiere una gran resistencia a la
sustancia así compuesta. Por este procedimiento se desarrollaron dos resinas
sintéticas adaptadas como medio artístico: la
acrílica y el acetato de polivinilo (PVA).
Las resinas acrílicas se hacen a partir de ácidos acrílicos y metacrílicos. Con las debidas adiciones, se consigue un medio soluble en agua, lo que permite diluir los pigmentos con más medio, con agua, o con una mezcla de los dos, según el acabado que se desee. Tiene especial importancia el hecho de que la pintura acrílica se seca en cuanto se evapora el agua, y una vez que esto sucede -en cuestión de minutos- ya no tiene lugar ninguna otra acción química. Esto significa que el artista puede añadir más pintura a una superficie completamente sellada; se puede repintar o aplicar veladuras con absoluta seguridad.
Las resinas acrílicas se hacen a partir de ácidos acrílicos y metacrílicos. Con las debidas adiciones, se consigue un medio soluble en agua, lo que permite diluir los pigmentos con más medio, con agua, o con una mezcla de los dos, según el acabado que se desee. Tiene especial importancia el hecho de que la pintura acrílica se seca en cuanto se evapora el agua, y una vez que esto sucede -en cuestión de minutos- ya no tiene lugar ninguna otra acción química. Esto significa que el artista puede añadir más pintura a una superficie completamente sellada; se puede repintar o aplicar veladuras con absoluta seguridad.
Al mismo tiempo, la estructura química confiere a las capas una
porosidad que permite una evaporación completa. La investigación indica que la
pintura es
resistente a la oxidación y a la descomposición química. También es un
fuerte adhesivo: cada capa de pintura se pega a la anterior, formando estratos
casi
indestructibles.
A mediados de los años 30, el taller de
Siqueiros en Nueva York estaba experimentando con nuevas fórmulas,
estableciendo una estrecha relación entre artistas y científicos. Se realizaron
muchas pinturas y murales interesantes, entre ellos algunos para el proyecto WPA
(Works Progress Administration). Pero esto era sólo el comienzo.
La experimentación continuó en los EE.UU., y los pintores
comenzaron a darse cuenta de que las posibilidades del nuevo medio superaban con
mucho las necesidades del mural exterior. Los ensayos tuvieron tanto éxito que
parecía que los científicos habían conseguido algo casi totalmente estable. En
1945, nacía en Ciudad de México otro estudio: el Instituto Politécnico Nacional,
donde artistas consagrados y estudiantes trabajaban con acrílicos. En las mismas
paredes del Instituto se pintaron varios murales interesantes.
En los años 50 ya existían pinturas acrílicas en el mercado
(en los EE.UU.), y desempeñaron un papel importante en las técnicas de artistas
como
Pollock (1912-56),
Noland (1929),
Rothko (1903-70) y
Motherwell (1913). Estos pintores aplicaban los colores de muy diversas
formas. Pollock empleaba una gran variedad de veladuras e impasto, a veces
colocando el lienzo en el suelo y vertiendo encima la pintura. Nolan construye
áreas uniformes de color con contornos definidos, mientras que Rothko manchaba
enormes tableros con lavados delgados y transparentes. Motherwell trabaja
también en horizontal, pero suele emplear un estilo directo de pincel, con
rasgos fuertes. En Europa, la pintura con acrílicos comenzó más tarde. Durante
los años 50 se llevaron a cabo numerosas investigaciones, pidiéndose a muchos
artistas -entre ellos
Michael Ayrton (1921-76),
Peter Blake (1932),
Josef Herman
(1911),
Bridget Riley (1931) y
Leonard Rosoman (1912)- que probaran el nuevo material, lo cual hicieron
durante varios años. Algunos de los experimentos parecen mapas: cuadrados de
diferentes colores, para compararlos, comprobar la velocidad de secado, los
cambios de coloración al secarse, etc.
La investigación y la experimentación son procesos lentos, y
hasta mediados los años 60 no se dispuso de acrílicos en Europa. Desde entonces,
los han empleado innumerables artistas británicos, entre ellos
David Hockney
(nacido en 1937).
A finales de los 60, ya se podía comprar la otra forma de
pintura resinosa sintética, el PVA. Ambos tipos son emulsiones, y se pueden
diluir con agua o medios acrílicos. Los dos se secan uniformemente, sin los
hundimientos que se producen en las pinturas al óleo, y por lo tanto sin cambios
de color o de tono. La pintura es opaca, pero se puede diluir hasta cualquier
grado de transparencia si el artista lo desea. Normalmente, ambos tipos se secan
con rapidez, pero se puede usar un retardador para hacer más lento el secado.
SUPERFICIES
Las pinturas acrílicas se adaptan a una
gran variedad de superficies, y en las primeras fases del trabajo son
más fáciles de usar que cualquiera de los medios tradicionales. Se las
puede aplicar sobre casi cualquier soporte absorbente -lienzo, madera,
aglomerado, cartón o papel- sin ninguna base aislante entre el soporte y
la pintura, aunque suele emplearse un aparejo acrílico.
Existen
dos importantes excepciones: las resinas sintéticas, por estar
suspendidas en agua, no agarran sobre una base oleosa; también deben
evitarse las bases hechas con una emulsión ordinaria, ya que aunque son
solubles en agua pueden formar una base incompatible químicamente con
los acrílicos.
Al tensar un lienzo sin imprimar, es importante recordar que el aparejo (o si no se usa aparejo, la pintura) hará contraerse al material, de modo que es mejor dejarlo un poco flojo.
Papel y cartón. Los acrílicos
agarran sobre casi cualquier cartón, cartulina o papel fuerte, tanto con
imprimación como sin ella. El aparejo puede resultar demasiado pesado
para el papel; si no se quiere aplicar la pintura directamente, puede
darse una sola capa de medio acrílico.
Es mejor tensar el papel, especialmente si es ligero; de lo contrario, los lavados lo harán ondularse.
Madera. Las tablas de madera
son muy buen soporte para los acrílicos. Puede emplearse madera natural,
contrachapados y aglomerados. El táblex es un buen soporte pero hay que
reforzarlo por detrás para que no se arquee. Si se quiere obtener un
acabado liso, hay que usar la cara lisa, pero es mejor lijarla antes e
imprimarla.
Metal. Los metales tienen
superficies muy lisas, no absorbentes, sin granos que ayuden a retener
la pintura. Con óleos, esto es un problema, porque son malos adhesivos,
pero los acrílicos funcionan bastante bien sobre metales, especialmente
zinc y cobre. Se aconseja lijar antes la superficie y aplicar aparejo.
Murales. Pintar sobre muros de
yeso, cemento, piedra o ladrillo, plantea problemas especiales, en lo
referente a pintura al aire libre. Sin embargo, los acrílicos aplicados a
dichos soportes resisten a los ácidos, bases y humedad en un grado
considerable, mucho mejor que el óleo. Ya hemos dicho que precisamente
este problema fue el que llevó a la adopción de las resinas acrílicas
para usos artísticos.
Los acrílicos son excelentes para murales interiores pintados
sobre yeso, porque se secan de un modo mate y uniforme. Los óleos son peores en
estas superficies porque algunos colores se secan en mate, mientras que otros
quedan brillantes y reflejan la luz. Además, cualquier impasto de óleo sobre
yeso se hundirá, cambiando considerablemente de color y tono.
Es conveniente lijar bien el yeso antes
de aplicar el aparejo o la pintura. Cuando una pared o tabla no resulta
adecuada, por alguna razón, y debe cubrirse con lienzo, la flexibilidad
de los acrílicos resiste bastante bien el enrollamiento y
desenrollamiento del lienzo.
Imprimación.
Cualquier superficie absorbente sin imprimar absorberá el pigmento y se secará
con un acabado mate y uniforme. Las superficies imprimadas tienen un ligero
brillo, aunque si se desea se puede contrarrestar este efecto mezclando la
pintura acrílica con agua.
Es esencial usar un aparejo acrílico: el
aparejo corriente no se mezcla con la pintura acrílica. El aparejo
acrílico no es más que medio acrílico mezclado con blanco de titanio
inerte, pero se puede comprar ya hecho y es barato. Hay que dar dos o
tres capas finas, dejando secar antes de aplicar la siguiente.
PINTURAS, PIGMENTOS, AÑADIDOS
El artista que emplea acrílicos por
primera vez debe experimentar para descubrir qué tipo es más adecuado
para él. Existen sutiles diferencias entre las distintas marcas, como
las hay entre las pinturas al óleo. Los colores de PVA son más baratos,
pero menos fiables y permanentes. Rowney, Winsor and Newton, Liquitex,
Titán y Aquatec ofrecen amplias gamas de colores. En ellas encontramos
los nombres tradicionales -ocre amarillo, sombra natural, rojo de
Venecia, azul cobalto o ultramar, etc.- pero también nombres nuevos y
extraños, como carmesí naftol, verde de Ftalocianina, azul de
indantreno, y púrpura de dioxazina.
Estos pigmentos son el resultado de años de investigación en
laboratorios, donde se han producido fórmulas químicas absolutamente nuevas. En
especial, Liquitex presenta una impresionante lista de colores nuevos, y cada
artista debe decidir si desea añadirlos a su paleta.
Por supuesto, una paleta con muchísimos
colores no constituye necesariamente una ventaja, cualquiera que sea el
medio empleado. Con doce o quince colores se consigue una variedad
infinita de posibilidades, y de hecho, muchos pintores utilizan aún
menos colores.
Cada pintor, llegado un cierto momento,
determina su gama cromática. La elección reflejará su visión personal a
lo largo de los años, y es interesante imaginarse la composición de la
paleta de Picasso durante el período rosa, y compararla con la del
período azul. Durante varios años, la paleta de
Leonard Rosoman contenía los siguientes colores: Blanco, Amarillo
limón, Amarillo ocre, Siena natural, Rojo de Venecia, Rojo cadmio, Violeta, Azul
cerúleo, Azul cobalto, Verde Hooker, Verde monastral, Verde brillante, Sombra
natural, Azul ultramar, Negro.
Hay que tener cuidado con las tapas de los tubos de pintura. El uso
constante hace que se deposite pintura en el cuello del tubo,
endureciéndose y dificultando el volver a colocar la tapa, con lo cual
puede entrar aire en el tubo endureciendo todo el contenido. Esto se
puede evitar limpiando el cuello con un trapo suave.
Mediums. Las pinturas acrílicas
corrientes se secan con un acabado semimate. Si no se les añade agua, tienen un
brillo semejante al de la cáscara de un huevo. Los fabricantes hacen varios
tipos de medios acrílicos que, añadidos a la pintura, producen diferentes
acabados.
Algunos de estos medios dan un acabado
muy brillante; otros permiten obtener un acabado mate sin diluir la
pintura con agua; y otros hacen la pintura transparente.
Gel. El gel acrílico al añadirse a la pintura hace que esta mantenga
un volumen estable al secarse, con un acabado similar al óleo. Básicamente los
geles son añadidos que dan volumen y maleabilidad a la pintura sin afectar a su
tono o intensidad de color. Se pueden encontrar geles ligeros, medios y espesos
dependiendo de nuestros gustos.
Pasta densa. Es un gel con mayor textura, normalmente cargado con
arenas lavadas o polvos de mármol y productos granulados ofreciendo una textura
regular en toda la mezcla. Como sustitución se puede emplear toda clase de
aditivos, arenas y tierras tanto al medio acrílico como a la propia pintura.
Retardador del secado. Surge como solución ante el principal
"problema" de los acrílicos: su rápido secado. Al añadir retardador, aumentamos
el tiempo en el que la pintura deja de ser manejable, por lo que podemos
manipularla durante mucho más tiempo sobre todo en las técnicas de mojado sobre
mojado, fundidos suaves de color, etc...
Fluidificador. En lugar de hacer una mezcla fluida de acrílico con
mucha agua, es mejor utilizar un fluidificador para que la pintura no pierda sus
propiedades y estabilidad. El fluidificador no deja de ser otra clase de medio
acrílico.
Transparentizador. Confiere a la pintura una mayor dispersión del
pigmento sin que se pierdan las propiedades de la misma. Especialmente adecuado
para veladuras y transparencias.
EQUIPO
Normalmente, se emplean para los acrílicos los mismos tipos de
pinceles y espátulas que para los óleos. Si se van a usar diluidos y en pequeña
escala, harán falta pinceles de acuarela, los mejores son de marta.
Con los pinceles usados para acrílicos
hay que tener especial cuidado, porque la pintura se seca muy aprisa y
queda dura como una piedra. Nada más usarlos, deben lavarse con agua
concienzudamente, para que no quede nada de pigmento entre los pelos. El
agua caliente disuelve mejor la pintura.
Si la pintura se ha solidificado en un pincel,
puede salvarse éste sumergiéndolo en esencias metiladas durante un
mínimo de 12 horas, y después quitando la pintura con los dedos.
Finalmente, se lava con agua y jabón.
Las paletas, caballetes y tableros de
dibujo usados por pintores al óleo y acuarelistas sirven también para
pintar con acrílicos. Existen también paletas de plástico, en las que es
algo más fácil eliminar la pintura acrílica seca.
TÉCNICAS
Antes de que los acrílicos llegasen a Europa, el arquitecto Basil Spence expresó ante
Leonard Rosoman -uno de los pioneros y principales
exponentes del medio- su lástima porque los artistas no pudieran
experimentar la emoción de trabajar con un nuevo medio, como les había
sucedido a los arquitectos. En el siglo XIX, la introducción del hierro
colado tuvo un tremendo impacto sobre el diseño arquitectónico,
creándose nuevas formas que antes no eran físicamente posibles.
Posteriormente, el hormigón armado tuvo un efecto similar. Es saludable
recordar que hasta la aparición de las resinas plásticas, los artistas
utilizaron los mismos materiales durante
400 años.
Así como la introducción del óleo hace
cuatro siglos abrió un nuevo campo de posibilidades, la naturaleza
distinta de los acrílicos ha llevado a la exploración de nuevas
técnicas, con la ventaja adicional de que el nuevo medio es químicamente
seguro y estable. Cuando aparecieron los
primeros colores, los artistas tendían a usarlos del mismo modo que los
medios ya existentes. Sin embargo, se ha demostrado que los colores
acrílicos tienen características propias y es una pérdida explotarlos a
imitación de otros medios.
Los acrílicos tienen ventajas y limitaciones, y es tarea
del pintor decidir si puede aprovechar unas a pesar de las otras. Como
medio, no tienen nada que ver con los óleos; la sustancia y cuerpo de
los colores son más semejantes a los de la
acuarela, gouache y temple. Los pintores al temple de
Florencia habrían usado acrílicos, pero no los venecianos como Tiziano
(1487-90/1576) y Tintoretto (1518-94), que pretendían obtener con el
óleo un acabado brillante y reluciente. Los acrílicos tienen una
luminosidad y una delicadeza que invita a diluirlos, bien con agua, bien
con un medio acrílico.
Empleo de la base.
Los acrílicos se prestan a la combinación de colores, aplicados por
separado uno sobre el otro, y esto permite aprovechar la base sobre la
que se aplica la pintura. Un lienzo blanco puede brillar a través de una
capa de rojo de Venecia, por ejemplo, dándole unas calidades que nunca
podrían obtenerse pintando encima con blanco. En este aspecto, los
acrílicos son muy similares a las acuarelas. Uno de sus principales
méritos es la capacidad de hacerse transparentes cuando se mezclan con
agua o con medio acrílico.
Veladuras.
Las veladuras -capas transparentes de pintura, superpuestas- no sólo
son posibles con los acrílicos, sino que revelan uno de los
aspectos más atractivos del medio. Son especialmente útiles
en las primeras etapas de una obra.
La pintura puede mezclarse con agua o con un medio. Debe hacerse
sobre la paleta, con un pincel húmedo o una espátula. Si el color está
muy disuelto en agua, hay que añadir algo de medio (mate o brillante),
para mantener las propiedades aglutinantes de la pintura.
Color opaco.
La pintura acrílica sin diluir tiene una consistencia bastante rígida,
aunque esto varía según el color. Sólo unos pocos colores son fáciles de
recoger con el pincel sin diluir. En estos casos se pueden aplicar
capas de color opaco con pintura no diluida, pero generalmente hay que
mezclar la pintura con agua o medio acrílico.
Para obtener zonas lisas de color profundo, con pocas o ninguna huella de pinceladas -como el cielo en el «Tarzán» de
Peter
Blake - se pueden aplicar varias capas de pintura bastante sólida.
El color opaco puede aplicarse con pincel o con espátula.
Rowney fabrica una variante de sus
colores «Cryla» normales, llamada Flow Formula. Tiene una calidad más
líquida, se adhiere mejor al pincel y es especialmente adecuada para
cubrir zonas amplias con color plano y opaco. Otra forma de obtener una
superficie muy lisa y uniforme, sin huellas del pincel, es mezclar un
«alterador de presión de agua» con el pigmento de la paleta. Esta mezcla
y la Flow Formula son ideales para pintura abstracta de contornos
marcados; los bordes rectos pueden hacerse pegando cinta adhesiva y
pintando sobre ella.
Pinceladas.
Puede obtenerse con acrílicos un acabado con pinceladas visibles, tan
fácilmente como con óleos. La pintura debe estar sin diluir o con muy
poca agua o medio acrílico. En el «Tarzán» de Peter Blake, la cabeza
revela fuertes pinceladas, que crean una superficie viva, en fuerte
contraste con el color plano del cielo.
La técnica del pincel seco, familiar para
pintores al óleo y acuarelístas -se deja el pincel seco, con las cerdas
ligeramente abiertas- da buenos resultados con pintura acrílica, clara o
espesa.
Impasto. Los
acrílicos son el mejor medio para cualquier tipo de impasto, desde los
de texturas sutiles hasta aquéllos en que se ha usado pintura
directamente del tubo, como hacen
Jackson
Pollock,
John Bratby (n. 1928) y muchos otros pintores
contemporáneos. Cuando se tratan de conseguir impastos con pintura al
óleo, el proceso es largo y complicado: el largo tiempo de secado
acarrea problemas, como la acumulación de polvo en la superficie y el
agrietamiento de la pintura. La pintura acrílica aplicada directamente
del tubo tardará algo en secarse, pero siempre muchísimo menos que el
óleo, y se adherirá firme e instantáneamente al soporte. Se fabrica una
pasta de textura especial para impastos. Se aplica al soporte, se seca
muy rápidamente y se puede pintar encima con cualquier tipo de pintura,
incluidos los óleos, aunque resulta más eficaz con los acrílicos. Muchos
pintores opinan que los impastos son más eficaces si reflejan el estilo
personal de manejar la pintura, y que el uso de una pasta, que no se
maneja del mismo modo, es un error.
Pintar sobre pintura húmeda. Los pintores acostumbrados al óleo critican a veces las pinturas acrílicas porque se
secan demasiado aprisa. Para aquellos cuyo estilo se basa en
trabajar sobre una superficie húmeda, donde pueden raspar o quitar
pintura con trementina, la pintura de secado rápido tiene evidentes
desventajas. Sin embargo, puede resolverse el problema, hasta cierto
punto, con un retardador, hecho especialmente para
mezclarlo con pintura acrílica, en la paleta, con el fin de retardar el proceso de
secado.
Dibujo con línea.
Una de las propiedades de la pintura acrílica es que se presta muy bien
al dibujo con línea, bien como un esbozo previo del diseño, bien como
parte de la obra terminada. Hay que diluir la pintura y aplicarla con
pinceles blandos de marta.
Muchas de las pinturas acrílicas de Leonard Rosoman tienen un fuerte carácter lineal. Usa líneas agudas y oscuras, y a menudo insiste sobre la imagen varias veces, hasta obtener una acumulación de formas ya secas, que se pueden cubrir con lavados de color diluido, o con más pintura sólida.
Muchas de las pinturas acrílicas de Leonard Rosoman tienen un fuerte carácter lineal. Usa líneas agudas y oscuras, y a menudo insiste sobre la imagen varias veces, hasta obtener una acumulación de formas ya secas, que se pueden cubrir con lavados de color diluido, o con más pintura sólida.
Tinción del lienzo. La trama del lienzo
puede emplearse como elemento de la obra acabada, si se usa pintura muy
diluida con agua sobre un lienzo sin imprimar. La Flow Formula es
especialmente indicada para esto. El lienzo en bruto queda teñido por la
pintura. Se puede añadir al agua un alterador de presión para conservar
la intensidad del color.
Barnizado y limpieza.
No es esencial proteger una pintura acrílica con barniz, pero puede que
valga la pena hacerlo en murales instalados en lugares públicos.
Debe usarse un barniz acrílico mate, que no refractará la luz, y si es necesario se puede eliminar con aguarrás o trementina.
Es fácil limpiar una pintura sin
barnizar, con agua y jabón, ya que el aparejo y la superficie de la
pintura son impermeables. Debe usarse una esponja blanda. Una vez
limpio, se le debe dar otra pasada con la esponja y agua limpia.
PUBLICADO POR:
No hay comentarios.:
Publicar un comentario